La comunidad sorda se ha visto enfrentada a una historia de mucho sufrimiento y poco a poco, logro a logro ha logrado ser cada vez mas fuerte. La lucha por parte de dicha comunidad ha sigo agotadora pero ha sido constante y perseverante.
Es posible afirmar que la comunicación mediante gestos se ha visto respaldada por fundamentos fuertes tales como pinturas donde la comunicación mediante las manos y los gestos estaban presentes en la prehistoria.
Durante siglos los sordos fueron comparados con animales o inclusive tratados como infrahumanos e incapaces prohibiéndoles y controlándoles cada acción que estuviera en su camino y tomando decisiones por ellos. Inclusive, en la antigüedad en Atenas, Roma y Esparta, por mencionar algunas, se "deshacían" de aquellos niños presentaban sordera; recurriendo a abandonos o inclusive la muerte. A partir de la Edad Media se vieron integrados en instituciones religiosas pero continuaban siendo conceptualizados por la sociedad en general por una anormalidad vinculada a la monstruosidad.
Personalidades de renombre continuaron afianzando las ideas de incapaces o que carecían de inteligencia; tal es el caso del filosofo Aristóteles. Afirmaciones de este tipo continuaron inculcando en la sociedad la falta de comprensión de la persona sorda. Fue recién a fines del siglo XVI que el médico italiano Girolamno Cardano afirmó que: “el sordomudo puede escuchar por medio de la lectura y hablar por medio de la escritura “.
En el año 1530, Pedro Ponce de León (monje benedictino) convirtió el monasterio de San Salvador de Oña en la primera escuela para sordos. Su instancia de instrucción fue divulgada y pronto muchos nobles comenzaron a llevar sus hijos para ser instruidos ya que si no eran capaces de leer y escribir no podrían heredar los bienes de sus padres. La instrucción para sordos pobres era imposible y quedaban recluidos en sus propias familias y catalogados como débiles mentales. Debido a que los monjes mantenían un voto de silencio se comunicaban entre ellos mediante una lengua de señas.
A lo largo de los siglos continúan surgiendo distintas oportunidades para la educación de las personas sordas pero son siempre oprimidas y modificadas por intelectuales que proponen sus propias visiones y que experimentan a lo largo de la vida educativa del sordo. La Lengua de Señas se empieza a vislumbrar como la mejor manera de comunicación de la comunidad sorda pero la misma es prohibida durante siglos, al punto tal que por ejemplo en nuestro país, con la Ley 17.378 en vigencias se siguen conociendo casos donde los niños son aislados por su propia familia y no se les permite utilizarla o donde instituciones educativas penalizan el uso de la misma.
En Uruguay en 1892 se funda la Asociación de Sordos del Uruguay y es la primera en toda América en Asociarse a la Federación de Sordos Mundial. Las Asociaciones tienen un rol fundamental en la historia de la comunidad sorda ya que son los lugares donde podían comunicarse libremente y desde donde comienzan los movimientos de rebelión para luchar por sus derechos.
En nuestro país tenemos 4 escuelas para personas sordas: Montevideo, Maldonado, Salto y Rivera. En el resto de los departamentos se tiene un aula dentro de una escuela puntual donde se instruye a los sordos, las cuales no siempre cuentan con Instructores o Intérpretes en Lengua de Señas para ayudar a los docentes a una comunicación fluida y en la lengua natural del sordo.
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